Mas de Guerrera de la Luz
Cocinando a fuego lento
Con un pie mas abajo... Listos en el infierno
El día que conocí aquel hombre
Lo conocí una mañana en la estación de tren hoy no recuerdo si hacía calor o frío, pero ahí estaba él de traje, y eso si lo recuerdo bien… llamó mi atención porque me miraba fijo.
Después de mucho tiempo y coincidencias de viaje, ya me había acostumbrado a tomar el mismo tren, me había acostumbrado a que me mirara.
Traía a cuesta una ruptura amorosa, y obvio, muchos miedos. Entre ello, a conocer a otra persona, no estaba en mis pensamientos. Pero bueno, ahí estábamos... la ruptura, la psicóloga, él, yo y momento donde estoy.
Las coincidencias no solo eran de ida al trabajo sino a veces aunque pocas, las de vuelta, en unas de esas escasas vueltas al bajar del tren me dijo algo como “hola linda” o “que hermosa sos”, no le conteste solo lo miré. Estaba totalmente paralizada así que hice lo único que salió por inercia: seguí caminando.
En definitiva era algo que debía que pensar, no podía solo suceder, el miedo no lo permitía.
Varias veces lo buscaba para saber si mi horario de tren era el correcto.
Otro día impulsada por no sé cuantas sesiones con mi psicóloga por fin lo saludé. Hablamos, me di cuenta que era una persona muy tímida, después llegamos a destino (porque de hecho también bajamos en la misma estación) intercambiamos numero de celular. Yo seguí mi trayecto al trabajo y él también pero por diferentes direcciones...
Después un par de horas, ese mismo día, me llama, ¡¡¡uuuuh!!! Que alegría sentí. Le di mi dirección de correo electrónico y de ahí en más comenzaron los mensajes no solo de texto sino por mail. Una comunicación diaria y fluida.
Después de varios días ya no coincidíamos en el tren, pero había mensajes -“buen día linda” - ya sea por texto o mail.
Y mis días ya no comenzaban si no había un mensaje, Lo admito, me encanta, me llena de alegría con solo leer esa pequeña frase.
Tiempo después, mucho tiempo: (días y meses) entre mensajes lindos, dulces y hasta algunos subidos de tono, decidimos encontrarnos en un telo (hotel alojamiento).
AH! Momento!!! Antes pasó algo raro: Aparte de no viajar juntos o viajar juntos en el mismo tren y no vernos o verlo yo y el no (¿?) (Cosa bastante rara)...
El telo, lo busqué yo y el día, fue él quien lo propuso. No me molestó ni me importó para nada, yo solo quería estar con él.
La búsqueda del telo fui muy difícil para mi, hay por todos lados pero cuando una los necesita no los encuentra, pero me propuse encontrarlo y por fin di con uno, ya tenía todo listo: día y lugar.
Llego el día, al menos para mí ¡EL DIA! nos juntamos en la dirección y llegamos a la habitación, mientras hacíamos ese trayecto me dijo que después se tenia que ir a una reunión. No le di importancia, pero después de coger… y ante la situación frente mis ojos me di cuenta que con ese comentario había querido decir que estaba apurado.
Y fue así fue todo: un poco a apurado... él hermoso: su piel, su risa y sus comentarios. Pero el momento "apurado"
Ya paso mucho tiempo de aquel primer encuentro (mas días y meses), al principio pedía otro encuentro -UN BIS- Él contestaba con sí… pero nunca concretaba nada….
Igualmente esperé todas las mañanas un mail o mensaje de texto que diga “buen día linda”.
Continuará...
Autora: Guerrera de la Luz
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